SUSSANA MARQUÉS, IRRESPETUOSA CON EL MEDIO AMBIENTE

Desde hace años es tradición implantada por Doña Susana Marqués cortar el carril bici en jueves. Antes en la zona del bulevar, después en la zona cercana al puente-rotonda-huevonda, ahora en una nueva ubicación después de la presión de algunos vecinos. Parece que la alcaldesa no acierta ni una.
Pero su principal preocupación parece ser la de fastidiar el apacible discurrir de las bicicletas. Ahora ha plantado (literalmente) una gran carpa en medio del citado carril. La función que cumple esa carpa –aparte de distorsionar el descanso de los vecinos con un ruido que quiere imitar a la música—es desconocida, entre otras cosas porque no ha avisado al consistorio –ni a su socia y compañera de poltronas diputacionales—de si eso es para celebrar las fiestas navideñas y de San Antonio. Vaya por Dios, ha dicho fiestas, suponemos que con barra de bar y gente sin mascarilla bailando y bebiendo en el interior. Enhorabuena, alcaldesa, lo suyo se parece mucho a lo de Ayuso.
Ciertamente, la alcaldesa parece invitar a jugar a la ruleta rusa a los vecinos: les ofrece la posibilidad de arriesgarse a una infección vírica mientras disfrutan de una noche de jarana en la carpa, esa que nadie sabe de dónde ha salido, lo que ha costado y cómo se ha pagado. Seguramente, el fiel y abnegado concejal de fiestas, acostumbrado a la genuflexión ante la “poderosa” señora, presentará una modificación de crédito para que se pague el riesgo de infección con el dinero de todos los vecinos.
Mientras, el carril bici seguirá cortado porque a las alcaldesas no les gustan las bicis: el medio ambiente les da igual, prefieren los coches y las motos dando “vida y humo” a nuestras calles.